Mucha fue la expectativa desplegada por el primer juego basado en la franquicia El Padrino, llenándose las portadas de las revistas más famosas con las primeras imágenes de un Marlon Brando adaptado al mundo de los videojuegos. Quizás demasiada fue la esperanza depositada en ese juego por los fanáticos que hizo que también la desilusión con el resultado final fuese imporante. Pero a no equivocarse; no se trataba de un mal título. Simplemente no estaba a la altura de lo que semejante franquicia representa para el mundo en general, no sólo para el cine en particular.
Aun así fue anunciada una segunda parte, mucho menos promocionada. El resultado vuelve a estar lejos de lo que puede esperarse de una derivación de la maravillosa adaptación del maestro Francis Ford a la novela de Mario Puzo. O más bien podrían compararse los resultados con El Padrino III, el eslabón más débil de la cadena. Pero no nos apresuremos, porque hay bastante que comentar respecto a The Godfather II, el videojuego.