La primera modificación notable en Need for Speed: SHIFT podrá apreciarse en el manejo mismo de los vehículos. Se dejará de lado aquella jugabilidad intrínsecamente arcade, para incluir elementos típicos de un simulador.
Para eso se ha creado desde cero un sistema de colisiones ultra realista, donde cada contacto con otro vehículo, o con el entorno, afectará notablemente nuestro coche. Y no nos referimos sólo al apartado estético, sino también al control mismo del bólido.