Esta vez, la discusión no viene por el lado de si favorecen la conducta violenta, o si ayudan en algo a mejorar los reflejos en los jóvenes. Ahora, un estudio de la Universidad de Rochester, Estados Unidos, publicado en la revista científica Journal Neuroscience, mueve el avispero en la dirección de si estar mucho tiempo delante de una computadora hace mal o bien a la vista.
La conclusión es que las personas que utilizan videojuegos violentos, especialmente los shoot ‘em up (o dispararle a todo lo que se mueva) pueden percibir más detalles visuales que otras.
Concretamente, un 58 por ciento de las personas estudiadas perciben unas sutiles diferencias en los distintos grados de grises que componen una imagen, suficiente para, por ejemplo, poder ver un auto que está delante o no verlo durante un viaje por una autopista cubierta de niebla.
La habilidad de discernir pequeñas diferencias en graduaciones de grises, también llamada sensibilidad de contraste, es uno de los factores más importantes cuando se analiza la manera en qie las personas ven, de acuerdo a lo publicado por la revista especializada.
En general, para mejorar esa sensibilidad se hace necesario utilizar anteojos o hacerse una cirugía en los ojos. Pero la novedad es que los videojuegos de acción entrenan al cerebro para procesar la información visual en forma más eficiente, y las mejoras continúan incluso por meses después de dejar de jugar.
Pero además, los juegos hacen que los jugadores deban estar constantemente alertas ante cualquier tipo de situaciones, donde la información visual debe ser respondida de inmediato, de maneras físicas concretas. Es decir, accionando un botón, moviendo el mouse o mover el gamepad ante la aparición repentina de un enemigo.
De esta manera, en la próxima visita al oftalmólogo, además de unas gotas y un fondo de ojo, lo más probable es que recete una buena dosis de Quake o Call of Duty.