THE LORD OF THE RINGS: CONQUEST
Habiendo terminado las dos campañas que componen el principal atractivo de The Lord of the Rings: Conquest no puedo evitar sentir un sabor agridulce en la boca.
Lo que presentaban como el juego definitivo de la saga, donde se conjugarían un multijugador a gran escala con una aventura para un solo jugador nunca antes vista terminó siendo poco más que un simple arcade del montón.