Uno de los aspectos que realmente me llamó la atención de lo que pude probar en Dragon Age es el sistema de combate.
En este aspecto definitivamente se está intentando volver a las raíces del género, pudiendo el jugador controlar a cualquiera de los cuatro personajes que conforman nuestro equipo de forma simultánea a través de la combinación ratón-teclado.
No sólo eso, sino que si bien los combates podrán ser disputados en tiempo real, también podrá pausarse el juego en cualquier momento para así poder emitir órdenes o planear distintas tácticas que, a nuestro criterio, nos ayuden a salir victoriosos del combate.
El factor estratégico será vital para poder salir vencedores de las batallas, especialmente en aquellos donde el grupo se vea superado en número o esté luchando contra un jefe de nivel por demás de poderoso. Para triunfar será necesario por un lado combinar correctamente las habilidades de cada personaje y por otro, tener muy en cuenta las posibilidades del entorno (algo que realmente suma a la estrategia al momento de entablar batalla).
Elementos como el agua y el fuego, entre otros, afectarán notablemente al entorno, que podrá ser aprovechado tanto por los jugadores como por los enemigos.
Otro detalle interesante tiene que ver con las ejecuciones de ciertos enemigos, que no escatimarán en violencia, dignas de lo que puede esperarse de un guerrero medieval con todas letras. Y a pesar de la aparente competitiva dificultad general, habrá varias opciones para configurarla de acuerdo a la experiencia de cada usuario.
(Continuará).