Como no podía ser de otra manera, los problemas que surgieron en los últimos días entre Infinity Ward, el desarrollador de la saga Modern Warfare, y Activision no podían terminar de otra forma que no sea con un juicio.
Es que los altos cargos de la desarrolladora despedidos, Vince Zampella y Jason West, le demandan a Activision 36 millones de dólares en daños y perjuicios, más los derechos sobre la submarca “Modern Warfare”.