Mucha fue la expectativa desplegada por el primer juego basado en la franquicia El Padrino, llenándose las portadas de las revistas más famosas con las primeras imágenes de un Marlon Brando adaptado al mundo de los videojuegos. Quizás demasiada fue la esperanza depositada en ese juego por los fanáticos que hizo que también la desilusión con el resultado final fuese imporante. Pero a no equivocarse; no se trataba de un mal título. Simplemente no estaba a la altura de lo que semejante franquicia representa para el mundo en general, no sólo para el cine en particular.
Aun así fue anunciada una segunda parte, mucho menos promocionada. El resultado vuelve a estar lejos de lo que puede esperarse de una derivación de la maravillosa adaptación del maestro Francis Ford a la novela de Mario Puzo. O más bien podrían compararse los resultados con El Padrino III, el eslabón más débil de la cadena. Pero no nos apresuremos, porque hay bastante que comentar respecto a The Godfather II, el videojuego.
Lo primero que cabe preguntarse son las relaciones con el argumento de los films, las cuales no son directas pero tampoco inexistentes. El juego empieza en la ciudad de La Habana, en una reunión de la mafia con el dictador Batista cuyo objeto es el de poder implicar los negocios del hampa hacia la isla. Frustrada dicha reunión por revolucionarios, y tras el asesinato del jefe del nuevo protagonista, Michael Corleone (sin voz de Al Pacino nuevamente) nos designa Don de New York.
De ahí en más deberemos concentrarnos por expandir y afirmar nuestro poder en tres ciudades (New York, Miami y La Habana), cumpliendo ciertas misiones principales dentro de un mundo abierto de forma muy parecida a lo que en primer título presenta. Sin embargo, para quienes hallan tenido la oportunidad de jugar a Godfather encontrarán varias novedades.
La perspectiva de control es en tercera persona, y se incluye una Vista del Don, a partir de la cual se podrá observar el mapa como si se tratase de un estratégico, para así planear ataques contra ciertas familias u objetivos particulares. Esta incorporación de un componente táctico, complementado con la posibilidad de formar escuadrones con otros personajes, mejora notablemente el juego en comparación con la primera parte haciéndolo, al menos en un principio, más variado.
Pero esta combinación de acción y estrategia se ve empañada por varios defectos, la gran mayoría propios del género abierto en sí. El más grave tiene que ver con la variedad de misiones, que al fin y al cabo terminan limitándose al cumplimiento de objetivos en extremo repetitivos.
La rutina de bajar guardias, amenazar, controlar objetivos y asesinar personajes principales de acuerdo a una orden de acción específica, se repetirá una y otra vez durante el transcurso de la historia. Incluso la mayor parte de las misiones secundarias se limitan a la realización de la rutina descripta, por lo que tras unas pocas partidas ya conocerán el juego como la palma de su mano.
Otra falencia tiene que ver con el sistema de conducción muy poco pulido y anticuado en comparación con los más recientes exponentes del género.
En lo que respecta al apartado gráfico hay que decir que esta en la misma ya que si bien no es malo, se nota un paso por debajo de la media por más espectaculares que resulten ciertas situaciones. Los desarrolladores podrían haber pulido un poco mejor este aspecto, teniendo encuenta lo que sabemos que las consolas de alta definición pueden brindar.
Claro que Wii es un caso aparte en cuanto a gráficos refiere. Al no ser un port de un título de PS2, Electronic Arts realizó un trabajo medianamente digno en la consola de sobremesa de Nintendo.
Concluyendo, hay que decir que como aspectos positivos el juego posee la nueva visión del Don (que hay que probarla para entenderla en plenitud), una muy buena ambientación y un buen número y mejoras respecto al prmier título. Como puntos negativos debemos nombrar el flogo sistema de conducción y física que posee, una menor libertad de acción en comparación que en otros juegos del género y la sensación de repetición constante.
En definitiva, The Godfather II es un más que decente juego de acción, que hasta se da el gusto de incorporar un componente estratégico fresco e interesante, pero que a su vez cuenta con falencias imposibles de soslayar. Mucho más si tenemos en cuenta el estándar de calidad de la obra de Mario Puzo.
Juegoconsolas le otorga a The Godfather II un 7.