El notable aumento de acción y la inclusión de otro personaje principal (Sheva) diferencian bastante a Resident Evil 5 de sus predecesores, incluso de la cuarta parte o de Zero, aquella precuela lanzada para Game Cube donde también se incluían dos protagonistas.
Sin embargo el juego gana en emoción, en frenetismo y hasta nos atreveríamos a decir que en diversión.
La sensación de caminar solos, con poca munición y a la espera de un monstruo desconocido queda bastante reducida en este nueva entrega de la saga, lo que lógicamente puede no llegar a agradar a ciertos sectores de fanáticos.
Este cambio en el esquema general representa un paso adelante en la franquicia, habiéndose logrado evitar, en parte, el estancamiento, algo que tranquilamente podría suceder luego de tantas entregas exitosas. En definitiva, se pierde algo de ambientación terrorífica, pero se gana mucho en adrenalina y rejugabilidad, esto último gracias al modo cooperativo.
Ahora bien, cuando nos referimos a que el título no se queda estancado «en parte», nos referimos a que utiliza muchos elementos de Resident Evil 4 por lo que se torna no tan innovador como debería o, por lo menos, como la empresa sostuvo en todo momento durante el desarrollo del juego.
Esta bien claro que el cambio que propuso RE4 le sentó bien a Capcom y por tal motivo prefirió dejarlo. Sin embargo, la frase «si funciona déjalo como es» no le sienta tan bien al juego. Con esto no estamos diciendo que sea repetitivo ni mucho menos, únicamente esperábamos una jugabilidad más renovada.
(Continuará).