Un nuevo extra
La gran inclusión en esta trilogía de Pokémon para Nintendo DS es el PokéReloj. El mismo ocupará la pantalla táctil de la consola cuando estemos recorriendo el mapa. Utilizando el stylus podremos ir visualizando las diferentes funciones que nos ofrece, aunque de una forma un poco ortodoxa, ya que para llegar a una determina función tendremos que pasar por todas las demás, debido a que sólo contaremos con una flecha para avanzar y otra para retroceder por las distintas opciones que nos ofrece.
Estas últimas son bastantes diversas, y en la mayoría de los casos muy útiles. Van desde mostrarnos simplemente la hora hasta el estado de un Huevo que hayamos dejado en la Guardería, o también el nivel de felicidad de los integrantes de nuestro equipo, los últimos Pokémon que hayamos capturado y también el mapa de la región Sinnoh de forma precaria. La principal falla que le podemos encontrar es la calidad gráfica utilizada para mostrarnos estas funciones. En verdad parece sacada de un Game Boy Pocket, y con el debido respeto que ella merece.
El total de la pantalla será de fondo verdoso con escritos en negro, como si fuese una calculadora científica, y si bien el estilo puede quedar “bien” desde la originalidad, se echa muy en falta el uso de colores o de más detalles que hagan un poco más simpático el uso de las distintas funciones que se nos ofrecen. Sin ser una novedad descomunal, el PokéReloj resulta muy útil para lo que es el juego y nuestra aventura en el mismo, y es más que agradecida.
Aún así esperemos que en próximas versiones se haga un mejor uso de las capacidades de la consola para la que va a ser lanzada el juego, y se busque también un resultado visual mejor acabado, ya que si bien lo más importante es la jugabilidad tampoco nos podemos olvidar de que el apartado técnico, hoy por hoy, es una parte fundamental en cualquier videojuego.
Poco aprovechamiento de la consola
Las principales ventajas de Nintendo DS con respecto a otras portátiles es el hecho de contar con dos pantallas, una de ellas táctil y un micrófono. Esto permite un mayor grado de interactividad y logra, por lo menos en teoría, ratificar la teoría de Nintendo de apuntar hacia la unión del jugador y el videojuego desde el punto de vista jugable, y no desde el punto de vista gráfico o de software. Sin embargo Game Freak no ha logrado darle un uso muy profundo ni a la pantalla táctil ni al micrófono.
Por ejemplo, el stylus servirá fuera de los combates para revisar algunas opciones de nuestro PokéReloj, y dentro de las batallas sólo reemplazará al stick digital y a los botones, pero en verdad puede resultar cansador estar con el lápiz en la mano y muchos jugadores optarán por volver a la tradicional botonera. Indudablemente donde se ha trabajado de mejor manera las posibilidades “Touch Screen” es en los minijuegos de la Plaza Wi-Fi, pero esto da cuenta de que los desarrolladores tuvieron que realizar algo extra para darle uso a la pantalla táctil de la consola, y no la pudieron aprovechar dentro de la historia principal.